Mente incoherente

No tengo límites,
no tengo mucha gente que me frene.

¿Necesito ayuda o necesitan ayuda?

Eso, es lo que llevo preguntándome desde que tengo memoria, con el paso de los años disminuye mi precio, carne de cañón.
También disminuye la sensación que doy a los míos como persona respetable,
igual todo es cuestión de cambiar de aires.
Solo sé que lo que en teoría me reconstruye, ahora me destruye.

Que manía con usarme de tirachinas, con ponerme en la diana y apuntar como si no importara nada.
Que manía con no ser considerado, no sabéis cuantas veces me he metido en vuestra piel y he tratado de ser eternamente honrado.
Estáis plantando en mi mente, lo que antes no estaba presente,
estáis haciéndome creer que soy terrible,
desconsiderada y para los demás sufrible.
Que sólo me quiero a mi misma
en realidad puede ser, vivo sola, que queréis es mi rutina.
Me veis en ruinas y no tenéis la intención de construirme, no me hagáis polvo, con mil pedazos es suficiente.
Aún no sé ni como encuentro las palabras, puedo decir que lo único que tengo es yagas, que escribo esto porque mantengo siempre la boca cerrada, y que no sabéis el nudo constante que tengo en la garganta.
Pido ayuda y recibo balas, no para usarlas a mi favor, ya están fundidas, exactamente en mi cuerpo, no lo repitáis de nuevo, sino me quedaría sin mi segunda media vida y de ahí ya no vuelvo.
No sé es decisión vuestra, yo ya no sé si vivir quiero
como si de mí se tratase, yo ya solo soy un juego,
subidme a la estantería que lo prefiero,
porque para vivir así prefiero no tocar el suelo.

Las nubes también son válidas.