Que triste, que triste que se acabe la vida,
fugaz y en ruinas,
que todo se reduzca a unos escombros en una urna,
que hace una semana, besos y palabras de ánimo
y de tanto y tan poco acabe yo también convertida en ceniza,
y es que no me sienta bien tanta despedida,
prefiero que mi vida avance a base de reencuentros,
reencuentros sanos, y mira, en serio, no me importa que me mires dormir,
que te metas a media noche en mi cabeza
y me hagas sufrir,
porque sufrir por ti
merece la pena.
Te has ido tantas veces,
como veces he esperado a que renacieses,
en serio coño, déjalo ya,
deja de liarme la cabeza y hacerme creer en los muertos
y es que sólo alguien con la picaresca tuya
puede comunicarse a mil metros de altura,
yo en la cama y tú en la cuna,
¿Te repito que has vuelto a renacer?
Pues tienes la oportunidad de hacerme enloquecer,
deja de pintar nubes que empieza a anochecer
y a medianoche ya te empiezo a tener otra vez.