lunes, 16 de junio de 2014

Martina, cartas sin rumbo de soñadora nata. Capítulo 3

Ayer no es que fuera un buen día para mí y es que las emociones para cerrar etapas no vienen bien, y más si se juntan todas.
Nos despertamos Leila y yo y salimos al prado a ensayar, yo amo ese ambiente: ocho de la mañana, los pájaros cantando y el mundo renaciendo como cada día, una pequeña brisa cálida anunciante del verano ¿Y nosotras? Nosotras haciendo la canción más bonita que puede existir, "Vivo por ella." Me encanta esa canción por todo lo que expresa acerca de la música y la fuerza con la que se puede llegar a cantar.

Unas horas más tarde fuimos al salón de Actos del ayuntamiento, llevamos los platos que cocinamos ayer y empezamos a ensayar. Los compañeros ansiaban por entrar y sentarse pero nosotras aún no habíamos ensayado lo suficiente, las prisas de los alumnos no soportaron la puerta y tuvimos el tiempo en el que tomaban asiento y comenzaba la presentación. Bueno por si no lo había dicho antes soy la chica con más miedo escénico de la historia de las cantantes amateurs... Y es que por si no fuera poco mí ex-novio por llamarlo de alguna manera estaba viéndome cantar, es el típico chulo que le darías una buena chapada en cualquier momento de la vida y a decir verdad su presencia no me ayudó mucho... El caso es que las dos canciones que tenía que cantar salieron desastrosamente mal y se me cayó el mundo encima... Pensando que no iba a volver a compartir clase con mis amigas, que iba a estar en un colegio más serio donde no podría soltar mis típicas carcajadas en medio de clase ni compartir interminables momentos con mis compañeras... Se me juntaron todos los malos pensamientos que pueden existir, no pude aguantar más y salí lo más rápido posible hasta llegar al estanque, no podía más, los nervios y la angustia se apoderaban de mí y por si fuera poco empezó a llover, miento, es que nunca ha dejado de llover, por lo menos dentro de mí, siempre he tenido esa sensación de no saber que hago aquí y de mentirme a mí misma diciéndome que sirvo para algo que si no no estaría aquí, pero sinceramente no lo sé, no sé nada, pero lo que si sé es que por lo menos tengo una virtud, la de la esperanza, la que hace que disfrace mis malos pensamientos haciendo reír a la gente, porque sí, aprecio las cosas más simples de la vida porque para mí son las mas bonitas, aprecio si sale el sol cada mañana y si no sale alguien ya me alegrará la cara, porque al igual que yo lo hago con mi gente, ellos también lo hacen, y eso, no lo voy a valorar siempre, que alguien dedique su tiempo para que cambie la cara diciéndome cosas bonitas, ay mis amigas... Las mías las mejores sin duda.

Pero confío en  que salga el sol, de hecho ya lo ha hecho, he amanecido en el estanque, se ve que dormir rodeada de naturaleza me ha revivido un poco, aún me queda alguna que otra esperanza guardada en el bolsillo esperando a no ser utilizada hasta dentro de mucho tiempo.
Yo por ahora me vuelvo a casa que necesito descansar y hay muchas mates que estudiar.

Martina Jaso Mundet 17 de junio del 2014

domingo, 15 de junio de 2014

Martina, cartas sin rumbo de soñadora nata. Capítulo 2

Domingo, tarde de "verano":
Realmente hoy ha sido una buena tarde para mi, alejada de todo lo negras que pueden llegar a ser las mates en mi cabeza, ha venido mi amiga Leila a hacer unos ricos platos para nuestra graduación de mañana en el instituto de Roncesvalles, y hemos aprendido a hacer tortillas, hemos hecho vídeos y fotos y hemos bajado al estanque a tirarnos para un vídeo de una apuesta que nos habían mandado y es que no se que voy a hacer sin ella y sin el resto de mis amigas, en septiembre me voy a la ciudad a estudiar bachillerato y las echaré de menos porque también me mudo y solo la veré los fines de semana en el pueblo, menos mal que mis padres no venden la casa...
Lo mejor de toda la tarde ha sido cuando nos hemos metido en el estanque, hemos colocado una cámara acuática a mi perro Beti con una cuerda  porque estábamos más que seguras que en cuanto nos tiráramos saldría en nuestra busca, y así ha sido, el vídeo ha quedado super bonito y lo subiremos a photogram para que así no nos manden una prenda. Nos hemos bañado un rato, hemos tomado el sol y luego hemos vuelto con la bici por el sendero de Alcolea hasta llegar al Caserío de Leila donde me ha estado explicando mates y ahora estoy con ella cenando uno de los platos que hemos hecho, tortilla de patata con pimientos del piquillo, ¡Buenísimo! dormiré con ella y mañana a la mañana iremos al ayuntamiento a celebrar la graduación, cantantaré no mi amiga Catalina y espero que la gente vea lo que realmente valgo, ya que en mi opinión es una de las pocas formas en la que puedo sacar todo lo que llevo dentro y que la gente vea lo que tengo talento.
Roncesvalles, 15 de junio de 2015

Martina, cartas sin rumbo de soñadora nata. Capítulo 1

Estaba sola en mi cuarto, de lejos se escuchaba los cantos de romería entrelazados con el silbido del viento, yo, como de costumbre estaba sentada frente al ordenador, haciendo como si estudiaba pero no haciendo nada, bueno, miento, algo sí que hacía, escribir historias que soñaba a menudo, cantar canciones que su letra era un proyecto de mi mundo, pero por lo demás nada hacía que debiera hacer, estaba a domingo y el martes me jugaba la asignatura de mates, ay las mates... quién las pillara... mi vida era una incógnita que no se podía despejar, era la persona más insegura que podríais imaginar y las sugerencias ajenas de que hacer con mi futuro no servían de mucha ayuda yo siempre había querido ser artista, dedicarme a la interpretación, al baile, a cantar y a las novelas, era una persona nacida para eso, la gran imaginación e inspiración que tenía cotidianamente me lo pedía a gritos y yo necesitaba volar, necesitaba conocer otros mundos y dejar de estudiar, yo no estaba hecha para eso...

Mis nervios no se podían gastar en la noche antes del examen, se debían transformar y gastar en adrenalina, ¿En ese cosquilleo que pocos conocen pero que intensamente se siente antes de subir a un escenario? Esa es una de las mayores sensaciones que una puede sentir en su vida, ya que es todo lo contrario a los nervios, aquí te la juegas en el "backstage" pero la otra parte de ti te dice que sí que todo va a salir bien, y que nada más acabar vas a sentir que has hecho disfrutar a la gente, a tu gente, a esa que mueve cielo y tierra por verte, que siente y vive las letras de las canciones y se deja media voz en ella, esa, esa si que es una sensación digna de admirar. Bueno mejor voy bajando de las nubes, esto solo es un reflejo de lo que sueño cada día, canto, si, pero solo en ratos libres, ¿Cuando siento todo esto? Cuando me subo al escenario de la pequeña salita de mi escuela de música, con los focos cegándome la poca vista que tengo de mi profesor mirándome con cara de "¡Martina, expresa lo que cantas!" , con el acogedor público de todos los padres orgullosos de sus "profesionales hijos" formando entre ellos una fila de lucecitas encendiéndose y apagándose de sus cámaras capturando momentos que en un futuro sus hijos verán entre amigos, echándose unas risas.

¿Este es el destino al que aspira Martina? ¿O se merece algo mejor? Esa es la pregunta que me ronda cada día por la cabeza... Si se supone que todo ser humano nace por un motivo en concreto... entonces yo... ¿Por qué he nacido? Pero bueno que a este viejo diario de flores no me sirve reprocharle nada, que él no me puede ayudar...

El caso es que estoy aquí escribiendo mientras pasan los minutos de mi viejo despertador negro a una velocidad de vértigo y debería estar estudiando mates... Pero es que no puedo más, mi cabeza está saturada... Para todo el mundo ha empezado el verano menos para mí y eso me fastidia... Además tengo muchos proyectos pendientes para este verano... En cuanto acabe el curso me iré de barbacoas con mi cuadrilla y al spa para celebrar el cumpleaños de mis amigas, luego llegan las fiestas de mi pueblo que las pasaré con mi novio Carlo y mis amigas "Las cuatro" después llegan las fiestas de mi ciudad, y luego un largo verano por delante para estudiar Física y Química... Quién me mandaría a mí meterme en ciencias si sabía que me iba a dar la japonesa... La llamamos así en el instituto por que tiene los ojos rasgados y a los profesores a los que no tragamos les ponemos apodos, el motivo por el que no nos cae bien es que nos lleva arruinando la vida desde el curso pasado que empezamos tercero de la ESO pero bueno ahora que me cambio de colegio para mejorar mi media espero que no me siga porque esa mujer es una pesadilla... Ya he hecho la recuperación y todo me sonaba a japonés y no por que no hubiera estudiado si no porque todo lo que nos pone en los exámenes se lo saca de la manga para que la gente que habla en clase se vaya a septiembre pero en fin... como no tengo ningún problema por que me considero una chica inteligente y con recursos me dará igual suspender ya que me sé toda la materia.

Creo que voy a empezar a ponerme con matemáticas ya que la señorita Flor nos pondrá un examen de estrujarse el cerebro.                                                                        
                                                   Roncesvalles, 15 de Junio de 2014.
Martina Jaso Mundet.